viernes, 2 de junio de 2017

El Dogma el Día de Hoy Por Alberto Espinosa Orozco

El Dogma el Día de Hoy
Por Alberto Espinosa Orozco
  


El dogma el día de hoy es el exilio,
Vivir de espaldas a las voces, entre el ruido;
Vivir fuera de casa, sobre la arena o sumergidos
Entre la densa bruma del olvido.

El dogma el día de hoy es no estar vivos;
Nacer el día de ayer, hace un instante,
Para agostados declinar para la tarde
Ardiendo ciegos en la noche al otro instante.

El dogma el día de hoy es ser vencidos;
Tener el alma en un rincón y amurallada
Como un gran pozo de vacío y anegada
Por la enturbiada estulticia de la nada.

El dogma el día de hoy es la sordera;
Encerrarse en el laberinto de la oreja
Azotada entre tinieblas por las trombas
Del ansia insaciable de las sombras.

El dogma el día de hoy es lo prohibido;
Revolcarse entre las aguas de las yagas
Dejando al alma anegarse en la caverna,
Indolora en el incendio -bajo una lápida.

El dogma, vuelvo a decir, son las cadenas
De la insensata soberbia que levanta
Una arenisca que hiere la garganta
Para enturbiar el juicio, subsumido

En los confusos laberintos del instinto
O en la obediencia fatal del terco olvido.
Pisamos con extranjero pie una tierra
Donde la verde lluvia al pasto estremeciera

Vuelta en la noche callejones sin salida
Que palmo a palmo se nos vuelve arena
Calcinada, carcomida, irreal: agua abismada
En que zozobra el sin-sentido de la nada.


Durango, México


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