sábado, 9 de abril de 2016

El Noviciado de Jesuitas y el Hospital de San Andrés Por Alberto Espinosa Orozco

El Noviciado de Jesuitas y el Hospital de San Andrés 
Por Alberto Espinosa Orozco  

I
   En el predio que hoy ocupa el Museo Nacional de Arte (MUNAL), frente al cual se encuentra una pequeña plaza donde se ubica la escultura de El Caballito, se erigió el Palacio de Comunicaciones , inaugurado en 1910. En ese mismo lugar estuvo antes el Colegio Jesuita, construido de 1626 a 1642, abriéndose entonces el Noviciado Jesuita teniendo un amplio departamento para los “ejercicios espirituales” y contando además con una Iglesia, en lo que es hoy la calle de Xicoténcatl.



   Sin embargo, en la madrugada del 25 de junio de 1767, fiesta del Sagrado Corazón, por órdenes del Rey Carlos III de España, se presentaron las fuerzas armados del virreinato en la Casa de la Profesa y en todos los colegios de la Nueva España, incomunicaron a todos los jesuitas con la ropa puesta y los pusieron presos para enviarlos desterrados a España. La extirpación de los jesuitas se debió a que, a diferencia de otras órdenes religiosas que aceptaban derechos de la Corona de privilegio con la Iglesia, la Compañía de Jesús se negaba a negociar con los poderes de los estados no católicos. La propaganda oficial, en cambio, argumentó que los jesuitas se habían enriquecido enormemente en las misiones. Aunque la indignación popular alcanzo tintes de alarma en Pátzcuaro, Guanajuato, San Luis de la Paz y San Luis Potosí, la ejecución de 69 manifestantes y las amenazas y llamados a la sumisión a la Corona sofocaron pronto el conflicto. Al llegar a España los jesuitas fueron expatriados nuevamente a los Estados Pontificios, llegando en estado miserable hasta septiembre de 1768. La Compañía de Jesús no pudo regresar a México sino hasta el año de 1813.



   El Colegio Jesuita quedó así abandonado por un tiempo, hasta que en 1771 el Arzobispo de México Alonso Núñez de Haro y Peralta pidió que lo cedieran al clero para crear un hospital. Se fundó así una Casa de Asistencia, dotada con sus propios fondos, construida con el nombre de Hospital de Santa Ana, aunque a partir de 1776 llevó el nombre de Hospital de San Andrés, dado que el patronato de la fundación tenía a la cabeza a Andrés de Tapia, siendo conocida la calle como de San Andrés, hoy Tacuba. Alonso Núñez de Haro y Peralta (1729-1800), noble de Cuenca descendiente de los Núñez de la Chinchilla de Albacete, España, doctorado por la Universidad de Boloña, fue Arzobispo de México de 1772 hasta el día de su muerte, en 1800. También fungió como Virrey interino durante tres meses, del 8 de mayo de 1787 al 16 de agosto de 1787. Fundó a su llegada a México en 1770 el Colegio de Tepozotlán, Seminario de Instrucción, Retiro Voluntario y Corrección, equivalente a una especie de cárcel para eclesiásticos. En 1771 reordenó la residencia-seminario jesuita como hospital con apoyo oficial, aunque en responsabilidad de la Arquidiócesis. El edificio con 1000 camas divididas en 39 pabellones, contaba con departamento de disecciones y autopsias, la mayor farmacia de la Nueva España y un laboratorio. Debido a la fuerte epidemia de viruela que asolaba la región en 1779, el Virrey Martín de Mayaga ordenó que se instalaran 500 camas más. En 1788 mandó trasladar al Hospital de San Andrés el Hospital del Amor de Dios, ubicado en lo que es hoy la Academia de San Carlos, el cual había sido fundado por edicto de Carlos V y la intervención del obispo Fray Juan de Zumárraga en 1539 para tratar el "mal de bubas", el cual había decaído luego de casi siglo y medio de atenciones y estaba en plena decadencia.


   Con las Leyes de Reforma, el Hospital de San Andrés paso a manos del gobierno federal, siendo demolido el Templo de San Andrés en el año de 1868 para abrir una calle y modernizar la ciudad, la cual fue bautizada con el nombre de Felipe Santiago Xicoténcatl, héroe del Batallón de San Blas que defendió Chapultepec de la invasión estadounidense en 1847, cayendo a las faldas del cerro en la defensa del Castillo de Chapultepec, luego de animar a sus compañeros en la lucha al tomar la bandera de su escuadra estando doblemente herido. El batallón fue destruido por los estadounidenses y Santiago Xicoténcatl inhumado en la capilla de San Miguel Chapultepec envuelto en la bandera de su batallón, de donde fueron trasladados sus restos al Panteón de Santa Paula y luego al Panteón de San Fernando. En el centenario de su muerte, en 1947, sus reliquias mortales fueron incineradas y depositadas en el Altar a la Patria del Bosque de Chapultepec, donde descansan en una urna de cristal. Una estatua en basalto de Sebastián Ledo de Tejada depositada en esa calle rememora la decisión modernizadora tomada por el senador de la república. 
   A un lado de la Plaza Sebastián Lerdo de Tejada, localizada a un costado del MUNAL, puede verse el edificio del Siglo XVII que fuera sede del Senado de la República, en funciones en ese sitio hasta el año de 2010, que se conecta con la Plaza Manuel Tolsá, donde se encuentra la famosa obra de su autoría El Caballito, con la efigie del rey de España carlos IV, símbolo de la ciudad de México y de los avatares de la república. La antigua casona de Xicoténcatl #9 es hoy archivo histórico y biblioteca. 
   El edificio del Hospital de San Andrés fue finalmente demolido en el año de 1906 para construir el Palacio de Comunicaciones, sede de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas. 










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