jueves, 28 de agosto de 2014

México: la Utopía Renacentista Por Guillermo Tovar de Teresa

México: la Utopía Renacentista
Por Guillermo Tovar de Teresa
(Tercera Parte y Ultima)



   El orgullo por la ciudad de mediados del siglo XVI se refleja en dos documentos: el plano de Santa Cruz y los diálogos de Cervantes de Salazar, impresos en 1554. El plano de Alonso de Santa Cruz, de manufactura indígena, fue enviado posiblemente desde México, por Antonio de Mendoza próximo a partir al virreinato de Perú. Los argumentos para atribuirle la fecha de 1555 ó 1562 son muy débiles. Se dice que si el Albardón de San Lázaro se hizo en 1555 ó 1556 y aparece en el plano, éste debe ser de esa fecha.24 El Albardón ya existía, por eso se pudo reconstruir tan rápidamente; en tres meses no es posible hacer obra semejante. El Albardón fue construido por Axayacatl antes de la conquista y destrozado después de 1521, pero ya existía y por eso puede aparecer en 1550.
   Además, el Virrey era amigo y corresponsal de Santa Cruz.25 La ciudad, tal como aparece en este plano, es otra muy distinta de la que aparece en la edición de las cartas de Cortés, con su plano grabado en Nüremberg en 1524,y sus derivados: El de  Benedetto Bordone de 1527 y el Ramusio, de 1556, al cual le acompai'ía el texto del Conquistador Anónimo,26 el cual describe a la ciudad trazada por García Bravo y concebida para su fama por Hernán Cortés.27 En esta crónica se mencionan los monasterios de San Francisco y Santo Domingo pero no el de San Agustín. Los dominicos tenían su templo y convento habitable hacia 1530 y los agustinos comenzaron su iglesia el 28 de agosto de 1541, según Grijalva, y su primera piedra fue puesta por Antonio de Mendoza.2s O sea que este texto puede situarse entre 1530 y 1540. Describe las casas de caciques con -sus jardines, y dice que había cuatrocientas casas de cal y canto en las ciudadela de los españoles.


   El libro de Cervantes de Salazar es el otro documento referido; es obra muy conocida y ha sido reimpresa por García Icazbalceta en 1875 y por Edmundo O'Gorman en 1963. Ambas ediciones llevan notas eruditas y muy útiles.29 Cervantes de Salazar, según Méndez Arceo citado por O'Gorman, pudo vivir en México gracias al Virrey Mendoza: "abril de 1550". "Carta del Virrey Mendoza.
   Ofrece donar unas estancias para el sostenimiento de la Universidad que quiere sea fundada en México. Por esas fechas hizo nombramientos provisionales de catedráticos, y no es improbable suponer que a insinuación suya Alonso de Villaseca invitó a venir a México a su primo hermano" .3o Por otra parte, Mendoza - aún en Perúhacia 1552, seguía siendo influyente: fué primo de la esposa de Francisco de los Cabos, Secretario del Emperador y hermano de la suegra del Virrey Luis de Velazco, casada con Martín de Ircio. Tal vez, Cervantes de Salazar -político y cortesano- hiciera el elogio de la ciudad tal como la dejó Mendoza y como quiso verla descrita: la ciudad ideal de Alberti, sin huellas de la Ciudad Azteca.
   Quizas convenga una nueva lectura de este libro de corte tan renacentista y afín a la visión del virrey humanista: "todo México es ciudad, es decir, no tiene arrabales, y toda es bella y famosa".
   Los tres diálogos representan el mejor elogio  a dos obras emprendidas por Mendoza: la universidad y la final disposición de la ciudad de México, concebida como una ciudad renacentista.
   El diálogo II de Cervantes de Salazar, por ejemplo, contiene pasajes afines con los textos de Alberti. El elogio a la ciudad parece un reconocimiento a la obra del virrey y una exégesis de los textos del tratadista italiano. Recordemos
las sefiales puestas en el ejemplar referido - la edición parisina del tratado de arquitectura- y veremos como coinciden con las explicaciones de los interlocutores del diálogo: lo largo y lo ancho de las calles, lo recto de su traza, el empedrado y los canales: "sirviendo de adorno y al mismo tiempo de comodidad a los vecinos". La descripción de los edificios, sus techos, parece una exégesis de ·la obra de Alberti.
   Las casas de la ciudad -según indica Cervantes de Salazar- fueron construídas tal como lo dispuso Mendoza: "puestas con tanto orden y bien alineadas, que no se desvían ni un ápice". Y como fortalezas: " ... ya que no se podía resguardar la ciudad, cifiéndola de torres y murallas" .31


   Además, " ... para que en todo sean perfectas, tampoco exceden de la altura debida'', pues podrían arruinarse en los terrenos y "también para que todas reciban el sol por igual, sin hacerse sombra unas a otras". Alberti recomienda buena iluminación y ventilación y el asoleamiento, lo cual depende, en parte, de la orientación de las ciudades. Mendoza recogió el consejo y no sólo cambió la disposición de México-Tenochtitlan, sino hizo además las calles "anchas y desahogadas" .31A Con ello, se evitó la pestilencia y la obscuridad, se logró una ciudad "salubre" y "asoleada" y se resolvió un problema de seguridad pública.32
   Zorita, en la segunda mitad del siglo XVI, dice: "la mui bien edificada de mui largas i anchas i mui derechas calles, y lo más bello empedrado, y convino que fuesen anchas y derechas, porque la defensa y fortaleza de la ciudad está en la gente de a cavallo" .33
   Recordemos cómo Mendoza ordenó, en 1537, ante la amenaza de un levantamiento de negros e indios, que solamente anduviesen a caballo los espafioles. Al año siguiente, tras la demolición de los Teocallis, aplicó con rigor el "principio de separación" o "partición de congregaciones" -al grado de prohibir que los indios se acercaran a la ciudad a la distancia equivalente de un tiro de ballesta-, y construyó las calles anchas y dispuso el acomodo de los pobladores blancos e indios de acuerdo con sus oficios -plateros, herradores, silleros, etcéteralogrando con ello: seguridad pública, pero más que nada la planificación del comercio y la actividad económica de esos primeros pobladores.
   Seguridad, aire puro y buen sol son las características de la ciudad ideal. Así lo recomendó Alberti, así lo realizó Mendoza y lo describió Cervantes de Salazar. En ese orden se relacionan los hechos y sólo así se explican las notas del ejemplar tantas veces citado, el cúmulo de documentos reunidos y el texto del humanista novohispano: Es necesaria, insistimos, una nueva lectura de los textos de Cervantes de Salazar, que incluya, como antecedentes, las ideas de Alberti y los documentos citados en este trabajo. De otra manera, su obra puede ser considerada como una descripción de la utopía urbanística, realizada por un estadista pleno de humanismo renacentista como lo fue Don Antonio de Mendoza.



   El mapa de Upsala es la versión visual de unos tlacuilos que intenta representar a la ciudad de México tal como la vio Cervantes de Salazar y como la dejó Antonio de Mendoza al partir rumbo al virreinato del Perú.33 Las teorías de Alberti, el empeñ.o del virrey y dos testimonios -unos diálogos latinos y un mapa- nos explican cómo fue la ciudad de México a mediados del siglo XVI: una utopía realizada, de la cual no quedó absolutamente nada.


   Tengo la seguridad -a menos que hubiese prueba en contrario- de que Antonio de Mendoza mandó dibujar el plano de Uppsala, para enviárselo al Emperador, con objeto de mostrar con una imagen su obra urbanística en la capital de la Nueva Españ.a.34 Me fundo en varias consideraciones, además de las arriba apuntadas; que son, repito: ilustrar su utopía arquitectónica y urbanística; la fecha de su realización, la proximidad de su partida al Pe y el fin de su gobierno en México. Existen antecedentes de esta clase de documentos -ilustraciones de cosas de esta tierra dibujados por tlacuilos- en dos casos: el Códice Mendocino y la relación de Michoacán.
   El Mendocino fue realizado por "Gualpuyogualcatl", maestro de pintores, según el testimonio de Jerónimo López quien vio cómo se realizaba esta obra en los años de 1541-1542.35 Gómez de Orozco identificó a su intérprete: el canónigo Juan González. Como se sabe, este códice fue enviado a Carlos V por el Virrey Mendoza para informarle aspectos diversos de la realidad mexicana con el objeto de hacer comprender que no se podía gobernar esta tierra sin el conocimiento de su mentalidad e "idiosincracia". El códice no llegó nunca a su destino: fue secuestrado por unos piratas y corrió una suerte de lo más curiosa, hasta ir a parar a la Biblioteca Bodleyana en Oxford, lnglaterra.36
   El segundo caso es el de la "relación de Michoacán", cuyo manuscrito se halla, hoy en día, en El Escorial.37 Realizado en Tzintzuntzan por Fray Jerónimo de Alcalá hacia 1540, fue entregado al Virrey Mendoza, su primer propietario, quien lo envió a Españ.a como regalo al emperador o al Consejo de Indias. Refiere la vida, las costumbres y las circunstancias por las cuales atravesó el reino de Michoacán en los añ.os anteriores y posteriores a la conquista. Hemos visto ya como el Virrey Mendoza "concertó" la "traza Moderada" para los conventos, y su intervención en el urbanismo; Mac Andrew tuvo la intuición de relacionar la fundación de Valladolid de Michoacán, las siete condiciones formuladas por Platón y el humanismo del
Virrey Mendoza en estas palabras: "Humanismo Viceroy Mendoza was reminded by the Valladolid he founde in Michoacan of the seven conditions Platon had formulated for an ideal city". 38
   En este caso, el Virrey, a través de Juan Ponce -sevillano amigo de Alonso García Bravo-, se ocupó de la fundación y la traza de la Ciudad de Valladolid de Michoacán.39 Antes, Quiroga y Mendoza intentaron bautizar a la ciudad de españ.oles cerca de Tzintzuntzan con el nombre de Granada.
   En el caso de Puebla de los Angeles, conviene apuntar que su fundación data de 1531 y el establecimiento y desarrollo de la ciudad ocurrió en un largo proceso el cual se puede seguir a través de las actas de Cabildo del Ayuntamiento. En 1536 y por real provisión del Virrey Mendoza se puso la primera piedra de la catedral. 40 A partir de 1554 la ciudad comenzó a tener la fisonomía propia de un gran asentamiento renacentista. Era fundación nueva y
españ.ola, lo cual permitía una traza moderna; a ello contribuyeron, seguramente, Luis de León Romano y Claudia de Arciniega. El primero fue un caballero italiano enviado a Nueva Españ.a por el emperador; su criterio sobre la manera de ejercer autoridad se fundaba en adaptar las leyes a las costumbres de la tierra: ''para evitar los daños e inconvenientes que digo conviene que esta nación se gobierne debajo del juicio de un buen varón que haga la ley conforme a la nación y el tiempo" (carta al príncipe, a 20 de abril de 1553).41 Llegó a Nueva España en tiempos del Virrey Mendoza• y murió en 1557.
   En la cartilla vieja de Puebla aparece Luis de León Romano en 1554 como el cuarto corregidor,42 aunque según Hugo Leicht estuvo, pero como Alcalde Mayor de la Ciudad.43 Y dice la cartilla: "Este año (1556) se acordó que pusiera el Corregidor Luis de León Romano su retrato y armas Ad Perpetuam Dei Memoriam en la fuente de la plaza, y en todas las obras públicas, porque supliendo los reales encafia el agua para la pila de la plaza, hizo dicha pila, los portales, puentes y las casas de cabildo, por lo que en regracia le dieron los ocho solares que donó al colegio de San Luis" .44
El autor de esa fuente y otras obras en esos años fue Claudio de Arciniega quien venía de Sevilla con su hermano Luis. Había trabajado en las obras del Alcázar de Madrid y labrado las ventanas de la biblioteca de la Universidad
de Alcalá de Henares, bajo la dirección de Rodrigo Gil de Hontafión.45 Sobre el desarrollo urbano de Puebla, Efraín Castro prepara un interesante trabajo basado en fuentes directas, lo cual contribuirá a precisar algunos aspectos del urbanismo novohispano sefialados en este trabajo.
   En cuanto a Oaxaca, ya hemos visto que el Virrey estuvo atento a su ubicación y a la construcción del templo de Santo Domingo, encargándole esto a Francisco Maldonado, el conquistador de los zapotecas. Por cierto, éste y Cortés construyeron en Oaxaca sus casas en un sitio que al Virrey le pareció mas propio de una ciénega o un huerto, encima de unos cúes. Otra vez, la visión del conquistador y el estadista son distintas.
   Por último, en Tlaltelolco -sitio de la fundación del Colegio de Santa Cruz- se aplicó la idea urabanística de Alberti; Mac Andrew lo advirtió y al referirse al mercado -un espacio abierto que le causó gran sorpresa a Bernal Díaz, al grado de asegurar que muchos soldados que habían estado en Constantinopla, Roma y en toda Italia, no habían visto cosa igual en orden y acomodo-, llamó
la atención sobre su cambio de fisonomía: "Market squares were not so mucha Mediterranean as a northern specialty, but neither Flanders nor Germany had anything to compare with the tianguis of Tlatelolco in area or clarity of shape. After the old city of Tlatelolco had been incorporated into the new capital as an Indian quarter, its already regular market place had been rebuilt and reregularized with long new colonnades such as Alberti had recommended for market places in specific directions not yet so fully realized anywhere in Europe" .46
   En suma: consideramos que hubo tres momentos de la ciudad de México entre 1500 y 1550. El primero correspondería a la ciudad Mexica, descrita por Hernán Cortés y Berna! Díaz del Castillo y estudiada por Aparicio, Sanders, Marquina, Matos, Jadeum y otros; y que existía, tal cual, hacia 1520. Su aspecto, traza, orientación y los documentos, investigaciones y excavaciones
realizadas, permiten tener una idea de como era y a qué motivos -cosmogónicos, económicos, políticos, sociales y religiosos- se debió su aspecto y su forma: La Ciudad de Tenochtitlan tenía sus ejes rectos, en cruz a noventa grados, y los canales también seguían líneas r'ectas como lo demuestra el plano en el papel de maguey. Posiblemente canales y calles secundarias se ajustaron a los límites que progresivamente fue tomando la isla al crecer las chinampas.



   El plano llamado de Cortés muestra las grandes calzadas de gran longitud, algunas de ellas paralelas entre si como Tacuba y Nonoalco. Los ejes de Tenochtitlan no estuvieron obligados a la conformación de la isla. Era conocida como la Gran Tenochtitlan y su fama era bien merecida. El segundo momento, la ciudad en los años inmediatos a la conquista correspondería a una etapa de transición. La ciudad de Hernán Cortés aprovechó los ejes de México-Tenochtitlan y sus calles -como ya lo hemos señalado- fueron tiradas a cordel. En ese sentido, Don Silvia Zavala me hizo la siguiente observación de acuerdo con Erwin Palm y Manuel Toussaint: "en cuanto a la traza de la ciudad de México entre 1521 y 1535, era "casi regular" o "de forma regular sujetándose a las condiciones preexistentes" (según M. Toussaint, Planos de la Ciudad de México, 1938. p. 22). Erwin Palm, por su parte, en su notable estudio sobre "Los orígenes del Urbanismo Imperial en América" (México, IPGH., 1951), p. 255, hace notar que en 1523, la corona instruye a Hernán Cortés sobre el trazado urbano ordenado. Los términos del documento (reproducido en la obra de Mario Hernández Sánchez-Barba, Hernán Cortés, Cartas y Documentos, Editorial Porrúa, 1963, p. 590) son los siguientes: "hechas las cosas en los solares de manera que el pueblo parezca ordenado, así en el lugar que dejaren para la plaza como en el lugar que hubieren de ser la iglesia, como en la orden que tuvieren los tales pueblos y calles dellos: porque en los lugares que de nuevo se hacen, dando la orden en el comienzo sin ningún trabajo ni costa quedan ordenados y los otros jamás se ordenan" .47a Sin embargo, los argumentos contrarios a la realización del damero por Cortés y García Bravo están ampliamente explicados.
   Es la ciudad trazada por Alonso García Bravo y su edificio más importante sería el de las casas viejas de Hernán Cortés. El conquistador rep~rtió los solares y se adjudicó dos lotes muy importantes. Gómara dice: "quiso Cortés
reedificar a México no tanto por el sitio, y majestad del pueblo cuanto por el nombre, y fama, y por hazer lo que deshizo. " 47b
   Cortés como ya vimos anteriormente, quiso conservar el asiento de la ciudad y algunos cúes "para memoria". "Reedificó" lo que "deshizo", dice Gómara. Destruyó ídolos pero no arrasó templos. En esa ciudad de transición coexistían las casas de los caciques, los Teocallis semiarruinados y su inmensa casa fortaleza al lado de una modesta catedral y unas cuantas casas de españoles; en esa ciudad pensaba gobernar desde su inmenso castillo, dominado la escena. La Audiencia y el emperador lo impidieron: Pánfilo de Narváes lo acusó en la corte: "acúsale que hizo palacios y casas muy fuertes y que eran tan grandes como una gran aldea, y que hacía servir en ella a todas las ciudades de la redonda de México, y que les hacía traer grandes acipreses y piedra desde lejos tierras ... "48. Gómara lo confirma: "Pánfilo de Narváez lo acuso por ella diziendo que taló para hazerla los montes, y que le puso siete mil vigas de cedro" .49•




   Ese inmenso edificio ocupaba la superficie comprendida por las calles de Empedradillo, San Francisco, Tacuba, San José el Real, actuales calles de Monte de Piedad, Madero, Isabel la Católica y Tacuba. Estuvieron ocupadas por la Audiencia y el Virrey hasta 1563, año en que Martín Cortés le vendió a la corona el edificio del actual Palacio Nacional. Los pormenores de ella, se hallan descritos en un documento publicado por Efraín Castro. En los primeros años del siglo XVII, Andrés de Concha, obrero mayor del marquesado del Valle de Oaxaca, hizo un plano para dividirlos en cuatro manzanas ya que dos ejes la cortarían formando las calles del Arquillo y Mecateros, hoy Palma y Cinco de Mayo, y en el siglo XVIII hacia 1755-71 serían reedificadas y arregladas en su exterior por Manuel Alvarez y Lorenzo
Rodríguez. 51 Las casas del conquistador serían el símbolo de la ciudad inmediata a la toma de Tonochtitlan: los torreones y su mirador darían la medida de sus pretensiones.
   Ese concepto -el castillo dominando la ciudadela medieval; representaba al particular poderoso, guerrero y señor, frente al Estado: era la ciudad del conquistador. El tercer momento de la ciudad se produce en el gobierno de Antonio de Mendoza. Gómara sintetiza la actitud del Virrey: Pablo Don Antonio algunos lugares a usanza de las colonias romanas en contra del Emperador, entallando su nombre; y el año, en mármol". La ciudad de Mendoza se concibe como ciudad imperial. Es la ciudad renacentista, el "castrum" romano damero. A partir de 1537, ante la amenaza de un levantamiento, decide fortificarla a la manera renacentista: en lugar de usar torreones, muros y fortalezas habitadas por conquistadores, hace las calles anchas para que circulen los caballos -como señala Zorita- y cambia su orientación para asolearla, iluminarla y ventilarla adecuadamente. La iluminación y el asoleamiento eran importantes, ya no se trataba de la ciudad Azteca cuyos templos y viviendas eran para la vida exterior, sino de la ciudad renacentista con viviendas techadas y necesitadas de sol y luz.
   Por otra parte, la ciudad requería de vientos por algo que señala Gómara: '' ... y aun la laguna va descreciendo del año de veinte y cuatro aca y algunas vezes ay hedor. Pero en lo demás sanisima vivienda es". Gómara señala que la ciudad de México es la más grande y poblada del Imperio de Carlos V. El mapa de Uppsala y los diálogos de Cervantes de Salazar, describen a la Ciudad Imperial, el sueño de los humanistas de occidente.52 El urbanismo renacentista se introdujo en México no por un soldado -''buen jumétrico' '- sino por el gobierno de un Virrey culto. Por otra parte, las Ordenanzas de Nueva Población dadas por Felipe 11 en 1573, son la suma,  el resultado, de un proceso que comienza en Santa de Granada, continúa en la Isla Españ.ola -gracias a Ovando en 1501-1502- se consolida con el Virrey Mendoza en la capital de Nueva Españ.a, Puebla, Oaxaca y Valladolid, y se formula -en dichas Ordenanzas- de manera compendiada para efectos operativos. El urbanismo utópico en el caso mexicano, como bien lo señala Kubler: "constituye uno de los capítulos más importantes del arte cívico en la Historia Univer~al Occidental.. . no hay nada que pueda comparársele después del Imperio Romano o antes de la creación industrial del siglo XIX" .53
   Esa ciudad -la utopía de Mendoza- comenzó a sufrir mutilaciones y cambios desde mediados del siglo XIX hasta convertirse en una megalópolis anarquica.
Por último, Don Antonio de Mendoza pasó al virreinato del Perú donde murió al poco tiempo, lo cual posiblemente impidió su actuación en el trazo de la ciudad de Lima concebido según la experiencia mexicana.





24.-El libro de Linné s.obre el mapa de Upsala, atribuido a Fernández de Santa Cruz, ha sido citado ya varias veces en este trabajo; sus conclusiones confirman todas nuestras sospechas: que el plano estuvo dedicado al emperador Carlos V; que es de manufactura mexicana y pudo ser realizado por los alumnos del Colegio de Tlaltelolco; que el Albardón de San Lázaro aparece, es porque ya existía desde tiempos precortesianos y sólo fue reconstruido en 1555-1556; que el mapa data de hacia 1550; las casas de Hernán Cortés apenas si están señaladas y el templo de Tlaltelolco, en cambio, aparece agrandado; y, que Mendoza -corresponsal de Santa Cruz- lo pudo haber enviado antes de 1550; argumentos todos que se suman a las ideas expuestas en nuestro trabajo.
25.-Planos, op. cit. p. 142.
26 .- Véase: Icazbalceta, Colección de Documentos, op. cit. pp. 368-398 y Edición de E. O'Gorman. Alcancía. México. 1938. (Tengo la impresión de que este texto pudo ser la relación de la Historia de Tenochtitlan que el Virrey Mendoza le envió a Diego su hermano; Ramusio afirma haber tenido correspondencia con el Virrey Mendoza y de haber recibido una relación del año 1541. Véase: Gerbi, La Naturaleza de las Nuevas Indias ... p. 198. Nota 140.
28.-Grija1va, Fr. Juan. Crónica. México. 1924. p. 159.
29.-La edición de 1875 es muy rara; existe otra de la UNAM. 1939. La de O'Gorman es la más recomendable y fácil de conseguir; está editada por Porrúa Hermanos y forma parte de la colección "Sepan Cuantos .. . ", Núm. 25.
30.-0p. Cit. p. 13.
31 Cervantes de Salazar, op. cit. (Ed. de Icazbalceta) pp. 87, 89, 91 y 5.
31.-Según ha observado Enrique Cervantes, urbanista y arquitecto: " La iluminación de la ciudad depende más del ancho de la calle y de la relación con la altura de los edificios. El asoleamiento es otra cosa y éste sí depende de la orientación, las calles que siguen la línea orienteponiente tienen sol todo el día (de 6 a.m. a 6 p.m.), sin embargo, las fachadas de las casas ven hacia el norte y sur y son sombreadas y frías. Por el contrario las calles alineadas de norte a sur solo reciben el sol por espacio de una hora a dos (dependiendo del ancho de calle y altura de construcciones), pero las edificaciones tienen buena orientación (para la Ciudad de México) de oriente y poniente y reciben la luz y el sol. La iluminación de la ciudad, que depende de la luminosidad del sol, que en el Valle de México es muy alta y por otra parte, como se anotó por la relación entre ancho de calle y altura de edificaciones. Por otra parte, la buena orientación de las construcciones para la Ciudad de México (por su clima) es al oriente, poniente y sur. Hacia el norte es frío y recibe los vientos dominantes fríos que son inconvenientes. La ventilación en la ciudad para toda la época colonial no fue un problema debido a que el aire no estaba contaminado, y la pestilencia -en ese sentido- no es cuestión de ventilación urbana sino de caños de agua negra que corrían a cielo abierto por las calles y acumulación de basura en lotes baldíos y vía pública o sea cuestión "sanitaria" y no sólo de ventilación".
32.-Mendoza no quiso construir fortalezas en Nueva España, salvo las atarazanas, cuyo cambio de sitio es discutible. Cumplió, en ese sentido, lo que indicaba una política contraria a la existencia de una clase señorial, la cual - algún día- podría levantarse contra la corona, como así sucedió en 1566.
33.-Zorita, Alonso de. Historia de la Nueva España. Madrid. 1909. Cap. XII, p. 175.
33.-Tal vez, quiso demostrar, de haber sido realizado por los Tlacuilos y alumnos del Colegio de Santa Cruz de Tlaltelolco, la capacidad técnica que habían obtenido los indígenas, gracias a su empeño como virrey del obispo Zumárraga, sus fundadores. Linné explica cómo los textos que el plano lleva, la cartela o dedicatoria a Carlos V., según la interpretación del profesor Svennung, están escritos en tono de agradecimiento y orgullo. Tal vez esta inscripción fue legible en otra época -¿Acaso en el siglo xv11 y xvlll?- y ostentó el nombre del Colegio de Santa Cruz de Tlaltelolco, como lo señala Linné en las pp. 173-177 en el capítulo relativo a la carta o inscripción y las pp. 201-202, que tratan de su probable autor.
34.-Véase: Nota 21 de este capítulo.
35.-Zavala, Silvio. "Las encomiendas de Nueva España y el Gobierno de Don Antonio de Mendoza" en Revista de Historia de América. Núm. l. pp. 59-75.
36.-" ¿Quién fue el autor material del CÓdice Mendocino y quién su inrprete?". Divulgación Histórica. Vol. lll, No. 8. pp. 377-383.
37.-Alcalá, Fr. Jerónimo de. La relación de Michoacán. Estudio de Francisco Miranda. Morelia. 1980.
38.-Mac Andrew, John. The open-dir churches of sixteenth century Mexico, Cambridge, Massachusets, Harvard University Press. 1969. p. 107 . Aunque Mac Andrew, como se advierte, menciona las siete cualidades de una ciudad - según Platón- consideradas para la fundación de Valladolid -hoy Morelia- no cita la fuente. Esto nos obligó a revisar diversas obras y después de varios intentos, logramos precisar dicha fuente: Basalenque, Fray Diego de. Historia de la Provincia de San Nicolás Tolenlino de Michoacán. México. 1673. Edición de Editorial Jus. México. 1963 . P. 98 y dice el cronista: "En él se hallan las siete condiciones que Platón dijo había de tener
una ciudad. Lindo puesto, y fuerte para los edificios, y que nunca le inunden las muchas aguas. El puesto en una loma, adonde por todas partes se sube, de modo que los edificios están seguros como lo están los que hoy hay, con ser tan lindos; y aunque los dos ríos que la ciñen, salgan de madre, no pueden hacer daño a las casas porque es tan seco, que habiendo tantas casas bajas, no se siente humedad en las habitaciones. Lo segundo que pedía Platón era que estuviese descombrada de montes y sierras para que el sol la bañe, luego que nazca, y los aires la purifiquen, como le sucede a este puesto que por estar descombrado más de una legua en contorno, el sol la baña luego que nace, y los aires la purifican de las inmundicias de la tierra. Tiene dos ríos, que es tercera calidad para la buena ciudad, y de tanto provecho, que pueden entrar como entra el uno por la ciudad, y puede en sus haldas y bajíos tener lindas huertas. Tiene asimismo cuarta calidad, mucha leña, pues a dos leguas tiene montes inagotables para ciudades muy grandes. Tiene asimismo abundancia de pan; quinta calidad, pues tiene a ocho leguas en contorno muchos valles para maíz y para trigos de riego. Tiene abundancia de pescado y carne, sexta calidad, pues toda la provincia está llena de estancias de todos ganados mayores y menores, y de aquí se provee gran parte de la Nueva España. Pues el pescado, si hay curiosidad, siempre se puede comer fresco y de muchos géneros, que por eso se llama Michoacán, tierra de pescado. Pues el regalo de sus frutas, no yo que haya ciudad que le sobrepuje en tantas y tan vecinas. No entran en este cuento los regalos de dulce, que de éstos no se acordó Platón, los cuales se añaden por la cercanía de los ingenios y trapiches. v su lindo temple,
que ni es caliente ni frío, sino una medianía muy suave y saludable a los cuerpos humanos. Sólo le falta la séptima condición, que es ocasión de comerlos, porque ni es puerto de mar ni tiene minas, ni tiene beneficio en que los naturales se entretengan, si bien que algunos puede tener, que la necesidad y el aumento de la gente los platicará. Viendo pues tan buenas y lindas calidades, se determinó a hacer aquí una ciudad.
39.-Véase: Apéndice III y documento reproducido ·del No. 1, Vol. VI del Boletín de A. O. de la N. p. 20.
40.-El papel del Virrey en la construcción de la catedral vieja de Puebla fue decisivo: en 1536 les comunicó a los del Ayuntamiento de Puebla que: " .. . yo mandé a Juan Vizcaíno, can1ero, que fue por hoy a ver la traza de cómo se ha de hacer la iglesia, platicad con él lo que en ello os pareciere y enviaremos relación de ello". Véase: Castro Morales, Efrain. "La catedral vieja de Puebla" en estudios y documentos de la Región Pueb/a-Tiaxcala, Puebla, 1970. Vol. 11, pp. 32-39. Castro señala:
"La importancia de esta comunidad india (Calpan) en el desarrollo de Puebla es un hecho que nos permite juzgar, aun de manera poco precisa, las repercusiones sociales que tendrían las disposiciones del Virrey y del Cabildo en la dinámica cultural de esta zona. Creemos que sólo con el trabajo de la comunidad de Calpan y de otros pueblos indígenas cercanos, pudo constituirse Puebla en una comunidad urbana verdaderamente. Así tenemos que por mandamiento del virrey Mendoza, de 24 de mayo de 1536, se ordenó que los indios que estaban destinados para la iglesia, en tanto se iniciaba, fueran destinados para la realización de
obras públicas de la ciudad, como eran la construcción de un estanque para la plaza mayor, las casas de Cabildo y las carnicerías. Además les fueron encargadas las obras de alcantarillado e irrigación necesarias para labores agrícolas en el valle de Atlixco, fundamentales en el desarrollo económico novohispano, por las cuales el Cabildo, en noviembre de 1541, les otorgó en recompensa dos suertes de tierra en ese lugar. A pesar de que desde ese mismo año, figura el pueblo de Cal pan encomendado a Diego de Ordaz, pagándole tributo y aun bajo este sistema continuaron realizando obras públicas en Puebla, como las de la
venta de X u pana, perteneciente a los Propios de la Ciudad, que realizaron por mandamiento del Virrey, de 31 de enero de 1551, pagándoles su trabajo de ida y vuelta, y a los oficiales medio real de plata cada día. Ninguna de estas obras realizadas por los indígenas se ha conservado, pero el extraordinario convento franciscano de Calpan, con sus espléndidas capillas posas, nos presenta un testimonio de la gran calidad artística de la mano de obra indígena en los albores de la arquitectura colonial de la región de Puebla-Tiaxcala, y nos permite suponer la importancia que tuvo, artística y técnicamente, la primera iglesia mayor de
la Puebla de los Angeles". En ese sentido, cabría la posibilidad de considerar al convento de Calpan como el prototipo de la "Traza moderada" del Virrey Mendoza y el papel importante que tanto Don Antonio como la comunidad indígena mencionada tuvieron en los orígenes urbanisticos de la ciudad de Puebla.
41.-Citado en Gómez de Orozco, "Quien fue el Autor Material del Códice Mendocino ... ", op. cit. 377. La personalidad de Luis de León Romano no ha sido estudiada debidamente ni se han logrado precisar sus actividades. Se piensa en su origen italiano por el apellido. Según Burgoa, en su Geográfica Descripción, México. 1934, Vol. I. P. 407., dice que era italiano y fue enterrado en la iglesia de Santo Domingo de Oaxaca. ¿Acaso este italiano -si és que lo fué- tuvo un papel importante en la autopía urbanística del Virrey Mendoza? Por el momento no podemos si no limitarnos a referir lo arriba señalado y a recoger informaciones adicionales como la de su aparición en Michoacán. Participó en la fundación de Valladolid de Michoacán en el año de
1541. Desde 1537 la reina concedió permiso al virrey para fundar esta ciudad y fue cuatro años después que se suscribió el acta de fundación la cual reproducimos: "En el Valle que se dice de Guayangaréo, de la Provincia de Mechoacan
de esta Nueva España, encima de una loma llana é grande del dicho Valle que está entre dos ríos, por la una parte hacia el Sur el río que viene de Guayangm-éo, y por la otra parte hacia el Norte el otro rio grande que viene de Tiripetío, en miércoles diez y ocho dias del mes de Mayo, año del nacimiento de nuestro Salvador Jesu Cristo de mil quinientos é cuarenta é un años, podía ser hora de las ocho horas ante de medio día, poco más o menos, en presencia de mi Alonso de Toledo, Escribano Público del Cabildo de la ciudad de Mechoacan é de los testigos suso escritos, y estando presentes algunos de dicho Cabildo, los muy
magníficos Señores Juan de Alvarado, Juan de Villaseñor é Luis de León Romano, Jueces de comisión, diputados por el Illrno. señor Don Antonio de Mendoza, Visorrey e Gobernador de esta Nueva España, é Presidente de la Audiencia Real de ella, etc., é por virtud de Provisión que para ello tienen, que es la que se suso se hace mención. -Dixeron: que por virtud de la dicha Provisión y mandamiento de su Señoría Illma. son venidos a tomar la posesión del dicho sitio, para asentar é poblar la Ciudad de Mechoacan é repartir los solares a los vecinos que son é serán de aquí adelante, con huertas é tierras para hacer sus heredades é grangerías, como por su Señoría Illma. les es mandado, y en cumplimiento de ello se apearon por el dicho sitio de la Ciudad de una parte a otra é de otra a otra, hollándolo con sus piés é cortando y arrancando con sus manos de las ramas é yerbas que allí había é mandado a ciertos naturales limpiar el asiento de plaza, Iglesia, Casa de Cabildo o Audiencia é Cárcel é carnicerías todo en señal de verdadera posesión deCiudad de Mechoacán, todo pacífica é quietamente sin haber ni parecer persona alguna que lo contradixese ni perturbase, y me pidieron se lo
diese así por testimonio: testigos que fueron presentes a lo que dicho es, el Señor Pedro de Fuentes, Alcalde é los Señores Juan Pantoja é Domingo de Medina, Regidores de la Ciudad de Mechoacan e Nicolás de Palacios Ruvios é Pedro de la Monguía é Juan Botello é Martín Monje, vecinos de la dicha Ciudad de Mechoacan é otros muchos Caciques e principales y naturales de esta Provincia. -Juan de Alvarado.- Juan de Villaseñor. -Luis de León Romano. -Ante mí Alonso de Toledo Escribano del Cabildo." Véase: Fernández, Justino. Morelia. México. 1936. p. 22. y 23.
42. - López de Villaseñor, Pedro. Cartilla Vieja de la Nobilísima Ciudad de Puebla. Introd. Efraín Castro. UNAM. 1955. p. 298.
43.-Leicht, Hugo. Las Calles de Puebla. Puebla. 1933, p. 409 y 471.
44.-Cartilla, op. cit. p. 298.
45.-Marco, op. cit. y Castro, Efraín. "Luis de Arciniega" en Anales del I.I.E. UNAM. México. 1958. Núm. 27. p. 18.
46 . ~Mac Andrew, op. cit. pp. 115-116. • Sobre la Ciudad de Guadalajara, en el actual estado de Jalisco, capital del antiguo reino de Nueva Galicia, existe escasa bibliografía. Luis Pérez Verdía dice: "Los primeros cimientos de la ciudad fueron puesto el 15 de febrero de 1542 por el virrey de Nueva España, Don Antonio de Mendoza". (Historia de México, 2a. Ed.; P. 186, citado por Luis Páez Brotchie. "Guadalajara Novojalaica su fundación definitiva" en Divulgación Histórica, Vol. III, Núm. 6. Pp. 288-300. Convendría invistigar
más a fondo el problema de la traza y la fundación de esta ciudad, no obstante que el estudio referido contiene muchas noticias de interés.
47•.-Woodrow Borah hace un resúmen y dice: "Según Stanislawski y Palm, a cuya investigación debemos gran parte de nuestros conocimien· tos, la primera aplicación en el continente de calles rectas con un trazado bastante regular, tuvo lugar en la fundación de la ciudad de Panamá en 1519. Fue obra de Pedrarias Dávila, quien tenia instrucciones para fundar establecimientos con planos preliminares bien ordenados: " .. . y de comenco dados por orden; por manera que echos los solares, el pueblo paresca ordenado, assi en el lugar que se dexare para plaza, corno el lugar en que oviere la yglesia, corno en la orden que tovieren las calles, porque en los lugares que de nuebo se fazen dando la orden en el cornenco, sin ningund travajo ni costa quedan ordenados, y los otros jamas se ordenan .. . " En estas instrucciones se encuentran los elementos del plano regular, aunque su aplicación no se pueda precisar con exactitud. Aparentemente,
la burocracia de la Corona había tomado una decisión, puesto que las cláusulas que ordenan la disposición regular de los nuevos asentamientos indígenas aparecen en las instrucciones de 1516 dadas a los Jerónimos enviados para gobernar a la Hispaniola, y las cláusulas que repetían casi literalmente las instrucciones sobre establecimientos dadas a Pedrárias Dávila se incluyeron en la capitulación de 1521 con Francisco de Garay para la conquista y colonización de la provincia de Arnichel. También aparecen en las instrucciones del 26 de junio de 1523 a Hernán Cortés, en su condición de Gobernador de la Nueva España. Por esto se deduce que para esa época, dichas cláusulas eran ya una norma y que las instrucciones dadas a Garay y Cortés estaban sujetas al texto literal de las mismas. Desconocemos las interpretaciones que conllevan tales instrucciones, aunque para Cortés no fueron necesarias, ya que para la época en que tuvo conocimiento de su existencia, el conquistador ya tenia preparado el trazado de la capital española de Nueva España en el sitio de Tenoch· titlan. Su asesor era Alonso García Bravo, un geómetra o experto en geometría y medición de terrenos, que había llegado al nuevo mundo integrando la armada de Pedrárias Dávila y que posiblemente intervino en el trazado de la ciudad de Panamá, pero carecemos de información a ese respecto. En su trazado de la ciudad de México, Alonso García Bravo conservó la mayor parte de la antigua plaza central de la capital azteca además de las grandes calzadas y los canales. Aunque sus calles son rectas y se cruzan en ángulos rectos, no conforman un damero exacto, debido a que las calles al este y al norte de la plaza central no guardan completa correspondencia. Aparentemente no se realizó el trazado de damero debido a que Cortés deseaba conservar tanto el antiguo como el
nuevo palacio de Moctezuma (en los lugares que ocupan actualmente el Palacio Nacional y el Monte de Piedad). Las ampliaciones sucesivas del trazado de la ciudad de México conservaron siempre el mismo plano, conforme se fue produciendo el crecimiento
de la ciudad. Véase: "La influencia cultural europea ... " op. cit. pp. 62-63. Es evidente el desconocimiento de las interpretaciones de tales instrucciones, como señala Borah, así como es indiscutible que la corona y la burocracia se empeñaron en una disposición regular de los nuevos asentamientos americanos. En ese sentido, precisar el papel del Virrey Mendoza frente a la disposición de planificación de las ciudades mexicanas, resulta de gran interés para conocer este aspecto de la política imperial de Carlos V en el Nuevo Mundo.
47b. - López de Gómara, Francisco. La Conquista de México. Zaragoza. 1552. Fol. XCIV Vta. (El Capítulo se titula: "La Reedificación de México").
48.-Díaz del Castillo, Berna!. op. cit. T. 11, p. 142.
49. - Gómara, op. cit. p. XCIV vuelta.so.-Castro, Efraín. El Palacio Nacional. México. 1970. pp. 210-212.
51. - Báez, Eduardo. "Condiciones para rematar las tierras y obras de la Alcaicería. 1611." En Anales deli.I.E. UNAM. 1978. pp. 99y 106; Tovar, Guillermo. México Barroco. México. 1981. p. 331.
52.-Recibió del emperador el título de "muy noble y leal" en el año de 1548. La ciudad de México siguió embelleciéndose desde 1550. A fines del siglo XVI era motivo de orgullo y en 1604, Bernardo de Balbuena le compuso su conocida Grandeza Mexicana, un canto dedicado a celebrar su traza, regularidad y belleza. Los cronistas -uno a uno- la describieron con profunda emoción en los siglos XVII, xvm, XIX y ... hasta xx. La vista de Gómez de Trasmonte nos ofrece la imagen de uno de los conjuntos urbanos más extraordinarios del mundo de 1628, este dibujo de hallaba en Europa desde donde lo describió y luego lo publicó Francisco del Paso y Troncoso. La inundación de 1629 acabó con los edificios del siglo XVI, pero desde 1660 comenzó una nueva fisonomía barro-levantada sobre la traza renacentista y en esos años y los siguientesdel xvm, se adornaron sus calles con edificios de tezontle y chiluca, feliz contraste. (El plano de Gómez de Trasmonte se encontraba en la Biblioteca Imperial de Viena. Véase: Zavala, Silvio. Francisco del Paso y Troncoso. Su misión en Europa. México. 1939. p. 27.) "Las calles de la Ciudad de México son tan anchas y rectas, que un hombre apostado en cualquier parte alta, al final de una calle, puede ver fácilmente a una milla de distancia ... ". Tomson, Robert. 1555. Hakluyt. Voyages, III, 539.
53 .-Así llegó al siglo XIX, cuando por fm la pudieron conocer Jos ingleses, franceses, italianos, alemanes y otros, cuyo tránsito a las Indias era dificil en los años del dominio español. Humboldt, gran viajero, le dediamplios elogios - muy conocidos- los cuales fueron secundados por los viajeros anteriores a 1861. En su opinión, dice el noble y sabio alemán, en los primeros años del siglo XIX: "México, sin duda alguna, debe contarse, entre las más hermosas ciudades que los europeos han fundado en ambos hemisferios. A excepción de Petersburgo, Berlín, Filadelfia y algunos barrios de Westminster, apenas existe una ciudad de aquella extensión, que pueda compararse con la Capital de Nueva España, por el nivel uniforme del suelo que ocupa, por la regularidad y anchura de las calles y por lo grandioso de las plazas públicas. La arquitectura, en general, es de un estilo bastante puro y hay también edificios de bellisimo orden. El exterior de las casas no está cargado de ornatos. Dos clases de piedras de cantería, a saber, la roja llamada tezontle y, sobre todo, un pórfido con base de feldspato vidrioso y con cuarzo, dan a las construcciones mexicanas cierto viso de solidez y aun de magnificencia. No se conocen aquellos balcones y corredores de madera, que desfiguran en ambas indias todas las ciudades europeas. Las barandillas y rejas son de hierro de Vizcaya y sus ornatos de bronce. Las casas tienen azoteas en lugar de tejados, como las de Italia y de todos los países meridionales". .-Humboldt, Alejandro de. Ensayo polftico de la nueva Espafla. París. 1811.- Ward, en 1827, escribe: "En el estilo
general de la arquitectura hay algo muy peculiar. Las calles son anchas, airosas y trazadas en ángulos rectos, de manera que mirando a dos, cualesquiera de ellas, en el punto donde se intersectan, se domina una vista de casi toda ·la extensión de la ciudad". Véase: Ward, H. O. México en 1827. Londres. 1828. Ed. F.C.E. 1981. p. 442. Latrobe -otro inglés- en 1835, califica la Capital de México como la
"Ciudad de los Palacios". Véase: Latrobe, Charles. The Rambler in Mexico. New York. 1836. p.
84.






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