domingo, 1 de septiembre de 2013

Elsa Chabaud: el Relato de los Rótulos (1a de 10 Partes) Por Alberto Espinosa

Elsa Chabaud: el Relato de los Rótulos
(1a de 10 Partes)
Por Alberto Espinosa


En memoria de Luís Cisneros García (+),
hombre genuino, rotulista popular.

“Amable paradoja la esencia del arte: ejercer
una función perjudicial sin producir perjuicio.”
Federico Nietzsche
“Como la sota moza, Patria mía,
en piso de metal, vives al día,
de milagro, como la lotería.”
Ramón López Velarde
“No es el amor de fuego ni de mármol,
el amor es la piedad que nos tenemos.”
Efraín Huerta

I
La fotógrafa mexicana Elsa Chabaud ha reflexionado en el camino para encontrar, en uno de los registros de sus límpidas imantaciones sensibles, una estancia del espíritu, a la vez cordial y colorida, en la cual poder reconocer lo que somos en la intimidad y como cultura, para así poder saber también a lo que pertenecemos. Porque a través de una cuidadosa selección de rótulos e ilustraciones populares, Chabaud ha ido profundizando en las raíces tradicionales y carácter de nuestra cultura, hallando un suelo nutricio poblado de emblemas y símbolos, alcanzando a fijar y detener por un instante el fluido manantial del alma mexicana. Así, sus películas instantáneas se despliegan como una secuencia narrativa, en cierto modo Adánica, en las que vuelve a revivir el borbotón natal del tiempo original. La serie articulada de imágenes prístinas y esenciales rescatadas por Chabaud en su peregrinaje estético se presentan así en su desfile como una narración en la que se dibuja el alma de nuestro pueblo y su gesta cultural, añadiendo un componente de carácter educativo, pues desde las aceras urbanas y pueblerinas las ilustraciones populares abren el espacio a la reflexión y a la convivencia formativa, haciendo despertar e irrigando con agua clara los brotes más preciados de nuestro más íntimo jardín.
La artista parte así de la inclinación contemporánea por el historicismo, heredada por vía del romanticismo, que nos mueve y remueve a buscar cosas distantes y exóticas en épocas o edades de la historia y en parajes y escondrijos geográficos, viajando así en el espacio y en el tiempo para ver y saber de formas de vida y formas de hacer contrastantes con las nuestras, para extraer así de las modificaciones, mutaciones y diferenciaciones generacionales y étnicas la constante de una esencia y a la vez una idea más rica y completa de lo humano. Empero, tal punto de partida se resuelve por dar a la lejanía de lo distante abstracto un cuerpo y una carnalidad coetánea que es a la vez una calidez y una ternura. Porque su viaje en el espacio y en el tiempo se ha decidido por explorar los mundos más refractarios al vértigo de la historia, encontrando en las imágenes del rotulista popular algo más estable y permanente, logrando con ello sintonizar con el espacio humano y cordial de lo más próximo y concreto, que siendo marginal a la mirada distraía es en realidad para la visión escrutadora un centro imantado de la cultura y de la memoria colectiva.
Las imágenes vecinas pergeñadas por el ilustrador y rotulista popular, entre cuyas formas y expresiones sin darnos cuenta hemos crecido y con-crecido, se presentan entonces como una memoria con la que poder reconciliarnos, como un espacio también del alma popular en la que ser más nosotros mismos. Así, las insólitas instantáneas de la fotógrafa nos ayudan a refrescar un sentido permanente inscrito en nuestra tradición y cultura, reconociendo que el artesano había estado trabajando por nosotros. De tal suerte, la tendencia historicista de nuestra edad se ha decantado en el gusto de una mirada reflexiva que polariza y orienta la mirada hacia una cercanía ignorada que había habitado todo el tiempo entre nosotros, irrigando de agua dulce desde siempre nuestras venas, entibiando con su calor el pecho y dando una luz más clara a la visión de nuestro propio espejo interior.



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